martes, 1 de mayo de 2012

Después de la tormenta...

Dicen que siempre llega la calma, aunque deberían añadir que puede llegar una tormenta aún mayor.
Han pasado muchas cosas desde entonces, y me atrevería a decir que ninguna buena. Me llaman pesimista, y no lo voy a negar, pero qué razones tengo para no serlo?
De verdad que deseo cambiarlo todo, levantarma mañana y volver a recordar qué era la ilusión. Intento aferrarme a todo lo que una vez sentí, y ni siquiera así lo consigo. Ni tú eres capaz de sacarme de aquí, y mira que me has salvado de mí misma muchas veces.
Quizás queda resignación, aceptar que esto que se me antoja un infierno será mi vida, que nada será como imaginé, e intentar llevarlo lo mejor posible.
Me debo un viaje, y en cuanto pueda lo haré. Quiero visitar esa tierra, porque me quedé con ganas. Quizás es una mala idea, o un viaje en el tiempo, o una decepción más, pero si no lo hago no me lo perdonaré nunca.

domingo, 26 de febrero de 2012

Autodestrucción

Una semana después, y sigo en mi espiral de autodestrucción. No sé qué hacer.
Me pregunto cómo pretendéis que esté. Me habéis usado, utilizado, vaciado, y ahora recomponéis mis pedazos mal cosidos, cual muñeca de trapo, y me dejáis exactamente en el mismo punto en que me encontrasteis hace ya 10 años. Sola, con mi peor enemigo; conmigo misma.
Os he dado todo, hasta la vida, y ahora que ya no tengo nada que ofrecer me desecháis. Cómo queréis que reaccione? Cómo pretendéis que haga como si nada, si ya ni siquiera me incluís en vuestras conversaciones. Ten amigos para esto. Para estar rodeada de vosotros y sentirme miserable como nunca antes; estar sola como ya había olvidado.
Quiero escapar y no puedo, por qué encima no me dejáis en paz? La tristeza me ahoga el alma, y vosotros disfrutáis con la sangría.
Me iré, juro que lo haré, y os dejaré atrás. Otra cosa más que quedará borrosa, como un sueño en mi memoria marchita de muñeca de trapo.

martes, 21 de febrero de 2012

Domingo por la tarde, y yo en casa. Olvidada de la sociedad, casi me siento como un desperdicio humano. Hace algun tiempo que estoy triste. Nada en particular, es por la vida en si.
Acabo de cumplir 27 años, y son 27 años desperdiciados. Darte cuenta de que no has vivido nada es aterrador. Ser consciente de que solo he sido realmente feliz durante unos pocos meses ha sido duro.
Sé que necesito cambiar, y urgentemente. En el momento que más bien estoy conmigo misma empiezo a odiar mi vida, y así no puedo seguir.
Tengo varios meses por delante. Sólo queda empezar.

jueves, 2 de febrero de 2012

Febrero

Y yo que pensaba que iba a escribir al menos una entrada al mes.
Año nuevo, ya más que estrenado, y la vida sigue igual. Este año me he puesto propósitos. Sólo tengo dos. Cambiar mi vida. Volver a creer en el amor. Y no sé cuál de los dos me va a resultar más difícil.

Recuerdas mis fantasmas? Pues ahora mismo estoy un poco en guerra con uno. No guerra bélica. Una guerra de palabras que empieza suave, sigue hiriente hasta sangrar y ahora intento que vuelva a ser suave. No es lo que quiero. Nunca lo quise. Por qué cuesta tanto de entender? No se me puede utilizar y después pretender que todo siga como si nada. No soy como los demás, y mi tiempo pasa de forma diferente. Sólo necesito tiempo. Y un poco de comprensión. La que siempre le di, y nunca me devolvieron.
No entiendo como apartándome de todo aún me veo envuelta en toda esta mierda. Es su mierda, la de los otros, la que nadie afrontó, la que no recogieron y aún me está cayendo a mí, tanto tiempo después.

Con el nuevo año volvía otro fantasma. O revolvía. Estoy segura de que ya no tardará. Un día de estos me lo dirán; perpetúan su estancia en la Tierra, y yo no sé cómo sobrevivir a eso. Qué será de mí? Yo bajando a los infiernos y tu cruzando al paraíso.

A veces te sigo echando de menos. Para hablar, para no enloquecer. Porque ha llegado el punto de no retorno, ese en el que no le puedes contar a nadie las majaderías que te rondan la mollera.

Año nuevo...

lunes, 21 de noviembre de 2011

Mes de los ecos imposibles


Después de tanto tiempo no recuerdo exactamente como se
debía empezar. Se supone que simplemente debería fluir, pero hace tanto tiempo
que no sé qué es eso…
La cosa va de fantasmas. Fantasmas del pasado, que por fin
dejaron de ser los de siempre. Sin dejar de quererte ya no te quiero, y los
años que han tenido que pasar para que yo haya podido decir esto. Aun así ya no
sé escribirle a nadie más. Cómo cambiar tantos años de cartas a desconocidos. Pero
se acumulan otras tantas cosas…
No le dedico ni un segundo de mis pensamientos, y me roba
más sueños de los que soy capaz de confesar. Ese es el fantasma que más me
pesa. Las amistades se en su día fueron mi centro de gravedad, y que ahora ni
siquiera me dañan porque ya no quiero que tengan ni la más mínima importancia.
Esas por las que me animaste una vez a dejar todo el amor que sentía por ti
para retomar el que una vez sentí por él, y que hoy no parece que existieron
más allá de mi mente.
En realidad es muy triste llegar a una situación así, en la
que sólo mis sueños inconscientes me recuerdan que una vez existimos como un
conjunto de algo que no sé definir, pero que se complementaba en cierto modo, y
que ahora seríamos capaces de cruzarnos por la calle sin querer saludarnos.
Mi fantasma más antiguo, el que más duele, el que desgarra
el alma. No sé vivir con él, no soporto saber que existe. Cómo pueden seguir
pasando así los años? Cómo sobrevivir a este sentimiento? Ni siquiera ahora, en
soledad, soy capaz de soportar pensar en él; no puedo reconocer que todo sigue
doliendo como la primera vez que nos vimos.
Otro eco de esos imposibles está rondándome últimamente. No
es tan pasado, ni tan cercano. Extraño, distante. Me recuerda demasiado a
demasiadas cosas. El quise y no pude, porque esa noche se fue pronto, porque la
primera vez llegué tarde, porque después hubo terceras personas. Uno de tantos
qué hubiese pasado si, pero no uno cualquiera.
Noviembre ha sido el mes de los ecos imposibles, esperaremos
a ver qué nos depara Diciembre.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Te acuerdas?

De las cenas improvisadas, de los mensajes sin sentido.
Te acuerdas?
De las críticas a mis terceras personas preferidas, de los ataques a mis escritos.
Te acuerdas?
De las peleas ficticias, de los abrazos invertidos.
Te acuerdas?
De aquella amistad en mayúsculas, de los momentos vividos.
Te acuerdas?
De la sinceridad que había, de lo falsos que nos volvimos.
Te acuerdas?
Yo lo intento, y tú juegas al olvido.

jueves, 7 de octubre de 2010

Sueños


Son sueños inducidos por comentarios que yo creo erróneos. Sueños que llevan de banda sonora discos viejos que hace años que no escucho. Sueños delirantes, que muestran situaciones que jamás llegaron a darse.

Besos fugaces entre obras de arte. Miradas escondidas por miedo a la represión. Locura que ya no puede evitar.

Son sueños imposibles, no buscados, no seguidos. Sueños que años atrás dieron vida, y que ahora, lo creas o no, no significan mucho.

Ni es el primero, ni será el último, pero levantarme nostálgica no puede ser demasiado bueno para mi salud.