jueves, 2 de febrero de 2012

Febrero

Y yo que pensaba que iba a escribir al menos una entrada al mes.
Año nuevo, ya más que estrenado, y la vida sigue igual. Este año me he puesto propósitos. Sólo tengo dos. Cambiar mi vida. Volver a creer en el amor. Y no sé cuál de los dos me va a resultar más difícil.

Recuerdas mis fantasmas? Pues ahora mismo estoy un poco en guerra con uno. No guerra bélica. Una guerra de palabras que empieza suave, sigue hiriente hasta sangrar y ahora intento que vuelva a ser suave. No es lo que quiero. Nunca lo quise. Por qué cuesta tanto de entender? No se me puede utilizar y después pretender que todo siga como si nada. No soy como los demás, y mi tiempo pasa de forma diferente. Sólo necesito tiempo. Y un poco de comprensión. La que siempre le di, y nunca me devolvieron.
No entiendo como apartándome de todo aún me veo envuelta en toda esta mierda. Es su mierda, la de los otros, la que nadie afrontó, la que no recogieron y aún me está cayendo a mí, tanto tiempo después.

Con el nuevo año volvía otro fantasma. O revolvía. Estoy segura de que ya no tardará. Un día de estos me lo dirán; perpetúan su estancia en la Tierra, y yo no sé cómo sobrevivir a eso. Qué será de mí? Yo bajando a los infiernos y tu cruzando al paraíso.

A veces te sigo echando de menos. Para hablar, para no enloquecer. Porque ha llegado el punto de no retorno, ese en el que no le puedes contar a nadie las majaderías que te rondan la mollera.

Año nuevo...

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